Robert Schumann concibió La novia de Messina como un nuevo tipo de obertura: no una obertura de concierto ni una obertura de ópera, sino, como él la llamaba, una “obertura de teatro”, utilizando estructuras motívicas que son simbólicas y a la vez llenas de tensión para explorar las líneas argumentales y las de los caracteres de los protagonistas que tiene la tragedia que escribió Friedrich Schiller en 1803, obra en la que está inspirada. El estreno, dirigido por Schumann, tuvo lugar en Düsseldorf el 13 de marzo de 1851 no teniendo una especial aceptación por parte del público y la crítica.

Carl Maria von Weber tenía solo veinticinco años cuando el fagot solista de la Corte de Múnich, Georg Friedrich Brandt le encargó un concierto, cuyo resultado es una de las dos obras más significativas del limitado repertorio concertante para este instrumento, la otra es el Concierto, K.191 de Mozart. Once años después, en 1822, el compositor lo modificó para su publicación. El estreno de su primera versión tuvo lugar en el Teatro de la Corte de Múnich el 28 de diciembre de 1811 con el fagotista peticionario de solista, a quien está dedicado este Concierto para fagot y orquesta en Fa mayor, Op. 75.

Felix Mendelssohn compuso en 1830 su Quinta Sinfonía en Re, Op.107 “Reforma” para conmemorar el tricentenario de la Confesión Protestante de Augsburgo. En su construcción tomó el coral de Lutero Ein feste Burg ist unser Gott y el Dresden Amen de Johann Gottlieb Naumann. Este último motivo fue usado posteriormente por Richard Wagner en su Parsifal. Fue estrenada el 15 de noviembre de 1832 en Berlín por la Orquesta de la Corte dirigida por el compositor.