Ficha de evento
Programa 05
Teatro Cervantes
Director:
Rune Bergmann
Primera parte
JOHANNES BRAHMS
Segundo Concierto para piano y orquesta en Si bemol mayor, Op. 83
- Allegro non troppo
- Allegro appassionato
- Andante
- Allegretto grazioso
Piano Sheng Cai
Segunda parte
FRANZ SCHUBERT
Tercera Sinfonía en Re mayor, D 200
- Adagio maestoso – Allegro con brio
- Allegretto
- Menuetto. Vivace – Trio
- Presto vivace
ENTRADAS
ARTISTAS
Rune Bergmann
Director
Ficha del artista
Sheng Cai
Pianista
Ficha del artista
NOTAS AL PROGRAMA
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Después de más de veinte años de su primer concierto para piano y orquesta, Brahms terminó el Segundo Concierto en Si bemol mayor, Op. 83 el año 1881. En ese lapso de tiempo compuso obras muy trascendentes de su catálogo como las dos primeras sinfonías y el concierto para violín. En el que aquí nos ocupa el instrumento solista actúa como elemento propulsor del conjunto orquestal y no como su oponente, dada la equivalencia de carácter sinfónico que le da al piano respecto a la formación instrumental, determinada por su personal manera de tocar utilizando constantemente todo el teclado, que se traduce en una composición concertante altamente original al llegar a equipararse con una sinfonía con piano obligado. Su estructura en cuatro movimientos le da una dimensión insólita para una obra concertante que normalmente tiene sólo tres. Sin embargo, esta particular organización no perjudica su arquitectura, siempre lógica y diáfana a pesar de la complejidad temática que Brahms desarrolla en esta obra. Dedicado a su paisano y maestro, el pianista Eduard Marxsen, fue estrenado en Budapest el 9 de noviembre de 1881 actuando el propio compositor como solista. Su plantilla orquestal está integrada por maderas a dos, cuatro trompas, dos trompetas, timbales y completa sección de cuerda. La temática del primer movimiento es muy rica en contenido y dimensión, permitiendo que el piano funcione con autoridad y contundencia, situándose en un nivel de igualdad respecto a la orquesta. El segundo es un Scherzo destinado inicialmente para el Concierto de violín en Re, Op. 77 con dos temas; el primero rítmico y apasionado que expone el piano, contrastando con el segundo que presenta la cuerda con parecido ímpetu que el anterior, que recoge posteriormente el solista con una simultánea elaboración de la orquesta. El tercer movimiento permite el lucimiento del violonchelo con un solo tema asumiendo un papel solístico hasta que el piano vuelve a renacer como protagonista en su pasaje central, para terminar en una atmósfera íntima y serena. El último tiempo tiene un aire de rondó tratado con gran libertad, constituyéndose en uno de los más alegres escritos por Brahms. Sus tres temas favorecen el carácter despreocupado como se deriva de sus coloraciones orquestales y grandes posibilidades polifónicas del piano.
El peculiar estilo melodioso de Franz Schubert queda reflejado ya en sus seis primeras sinfonías, obras de juventud en las que su núcleo de orquestación está constituido por la sección instrumental del metal, destacando las trompas y las trompetas, a las que se irán añadiendo los trombones. Los temas los suele tomar prestados, orientándolos en su desarrollo a destacar el canto por encima de cualquier otra particularidad musical. En esta línea hay que entender su Tercera Sinfonía en Re mayor, D 200 escrita en la primavera de 1815, cuando todavía impartía formación musical como asistente en la escuela de su padre. Con cierto carácter atrevido a la vez que despreocupado, sin intención de trascendencia alguna, esta obra contiene una música tan sencilla como hermosa. Después de una introducción lenta, deviene la exaltación de un brioso Allegro en el que tienen un protagonismo especial los instrumentos de madera. La delicadeza que destila el segundo movimiento se acentúa en su parte central distinguida por el clarinete, sobresaliendo entre la sedosa sonoridad de la cuerda. El vigoroso tema del Menuetto viene enriquecido por su esencial trío, en el que el oboe y el fagot cantan con especial dulzura. La obra termina con el sentimiento de alegría contenido en su Presto vivace. Se puede emparentar perfectamente con el vivaz ritmo de un saltarello italiano que se va pasando de unos instrumentos a otros. Su estreno definitivo tuvo lugar en el Palacio de Cristal de Londres el 19 de febrero de 1881 con la dirección de August Manns, siendo editada por vez primera el año 1884.
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