Orquesta Filarmónica de Málaga

Nota de prensa

El Teatro Cervantes será el escenario de este noveno programa de abono con el maestro Manuel Hernández Silva , director titular y artístico de la Filarmónica, en el podio.

Los días 15 y 16  de marzo, jueves y viernes, a las 20h. en el Teatro Cervantes tendrá  lugar el noveno programa de abono de la temporada 2017/2018

Dará comienzo la primera parte del programa con el Concierto para violín y orquesta en Re menor, Op. 47 de Jean Sibelius. Sibelius es  primera figura del nacionalismo

Finlandés. El Concierto para violín y orquesta data del año 1903. Es una obra que requiere una gran técnica en el violinista, que así se convierte en la voz cantante de su discurso. El autor lo revisó en 1905 cuando fue presentado en Berlín bajo la dirección de Richard Strauss, superando las adversas críticas que sufrió en su estreno el año anterior. Con una orquestación romántica, su primer movimiento es el más sugestivo por sus contrastes temáticos. El Adagio que le sigue está lleno  de la cálida ternura que se desprende de la melodía del violín a modo de serena romanza. El bullicioso tercer movimiento transmite alborozo desde su constante rebrinco danzante hasta llegar a una eclosión final que realza y produce sensación de plenitud en el oyente.

Actuará como solista el violinista francés Amaury Coeytaux.

 

La segunda parte del concierto se dedicará a Brahms con la Sinfonía nº 1 en Do menor, Op. 68, que, con la presencia del compositor, se estrenó en Karlsruhe en 1876. La obra es resultado de más de veinte años de maduración, esta sinfonía es el intento de determinar su voz propia en un género de máxima exigencia estética. Significa un esfuerzo titánico por alcanzar las cimas beethovenianas expresando en sus movimientos extremos, una situación de conflicto tanto objetiva como emocional. El primer  tiempo transmite la sensación de opresión y súplica. El Andante que le sigue resulta confortador en su continuo canto. El tercer tiempo es una especie de intermezzo luminoso y alegre que predispone a la solución que ha de traer el tiempo final, en el que Brahms maneja con gran facilidad técnica los múltiples artificios clásicos haciendo que su discurso parezca natural y espontáneo.