El martes 09 de abril de 2024, a las 20:00 horas, se celebrará en el Auditorio Christine Ruiz-Picasso el concierto del Programa 8 incluido en el XVII Ciclo de Conciertos de Cámara de la Orquesta Filarmónica de Málaga.
Correrá a cargo del cuarteto de cuerda Austri Musici, integrado por las violinistas Cecilia Blanes y Lucía Barrero, el violista Razvan Cociodar y el violonchelo Carlos Puerto, que interpretará un programa dedicado a obras de Maurice Ravel y Antonín Dvořák.
La primera parte del programa arrancará con la pieza Cuarteto de cuerdas en Fa mayor de Maurice Ravel, compuesto por el autor francés entre diciembre de 1902 y abril de 1903.
El cuarteto se estrenó el 5 de marzo de 1904, obteniendo críticas contrapuestas y dedicado a su maestro Gabriel Fauré. Aunque el dedicatario se situó en el sector crítico de la pieza, la obra contó con la absoluta aprobación tanto del público como de otro gran creador, Claude Debussy.
Aunque Ravel tenía tan sólo 28 años cuando lo compuso, en este cuarteto ya aparece perfectamente definido el estilo del compositor, con su enorme precisión y sus sonoridades típicamente reconocibles.
El paso del tiempo ha terminado dando la razón a Debussy, pues el cuarteto se ha hecho un hueco entre las obras maestras del género.
La segunda parte del Programa 8 se dedicará íntegramente al Cuarteto de cuerdas nº 12 en Fa mayor, Op. 96 B. 179, ‘Americano’, del compositor checo Antonín Dvořák, que recibe ese sobrenombre porque fue escrito en 1893, durante su estancia en Estados Unidos.
Dvořák compuso el cuarteto en 1893 durante unas vacaciones de verano cuando ocupaba el puesto de director del Conservatorio Nacional de Música de América de Nueva York. Pasó sus vacaciones en la ciudad de Spillville (Iowa), que era el hogar de una comunidad de inmigrantes checos y en la que se sintió muy a gusto, esbozando el cuarteto en tres días y lfinalizándolo en trece días más.
El cuarteto Kneisel fue el encargados de estrenar el cuarteto el 4 de enero de 1894 en la capital del estado de Massachusetts. Estaba formado por miembros de la Boston Symphony Orchestra y a punto de convertirse en una de las formaciones camerísticas en su tipología más relevantes de los Estados Unidos.
Aunque la influencia de la canción popular estadounidense no es explícita en el cuarteto, la apreciación de Dvořák por la música afroamericana está documentada y el impacto del cuarteto de Dvořák en las composiciones estadounidenses posteriores es claro, logrando que otros compositores estadounidenses contribuyeran al género de cuarteto de cuerdas. Hoy este cuarteto es uno de los más populares del repertorio de música de cámara.