La poliédrica personalidad musical del mallorquín Josep Prohens destaca entre los creadores de su generación con singularidad, como se desprende de su obra Música para orquesta nº 3 en un único movimiento, que fue presentada en el Auditorium de Palma de Mallorca el 12 de diciembre de 2002 por la Orquestra Simfònica Illes Balears bajo la dirección del maestro suizo Matthias Aeschbacher, de quien el compositor expresó el mejor juicio por su inestimable colaboración en el estreno. Sin partir de presentimiento alguno, según palabras de Prohens; “Se trata de una sucesión de sonidos que se van encadenando surgiendo de ahí la idea definitiva, que se caracteriza por tener una dinámica muy contrastada, en la que intervienen todos los elementos de la orquesta. Creo haber obtenido la estabilidad de mi lenguaje musical y, en cierto modo, me he encontrado conmigo mismo. Por otra parte, el hecho de haberla escrito en un corto periodo de tiempo me ha ayudado a plasmar mis ideas sin fragmentarlas. No creo que sea una obra de vanguardia, sino de un color nuevo que el público puede escuchar con atención”. 

El Concierto Al-Andalus para guitarra flamenca y orquesta de Juan Manuel Cañizares, dedicado a Paco de Lucía, con el que actuó gran parte de su carrera, es especialmente singular por la equiparación instintiva y culta entre música clásica y flamenco de una manera tan sumamente natural que parece que ambas realidades estéticas se abrazaran bebiendo de la misma fuente. Es una obra que nace de un dolor extremo por la pérdida del amigo, como se recoge en la forma descriptiva del segundo movimiento que, como una especie de marcha fúnebre, contrasta con el aire de bulerías del primero así como también con la alegría que surge de la experiencia íntima y artística compartida por ambos guitarristas durante diez años, que brilla con esplendor en el movimiento final. Destaca la taranta que ocupa la cadencia situada entre los dos últimos tiempos por su función integradora de esta obra que fue orquestada por Joan Albert Amargós, siendo estrenada el 27 de mayo de 2016 en el Auditorio Nacional de Música de Madrid por el autor a la guitarra y la Orquesta Nacional de España bajo la dirección de Josep Pons, proponente de su composición.

La Sinfonía “Patética” de Tchaikovsky es un referente indiscutible del sinfonismo romántico. Estrenada nueve días antes de la muerte del compositor, su sobrenombre se debe a su hermano Modest, con la intención inicial de darle un sentido apasionado y emotivo, nada trágico. La consideración más admitida y difundida sobre la intencionalidad del autor es que tiene un carácter programático, que refleja retrospectivos aspectos autobiográficos en los tres tiempos anteriores al réquiem que ha querido verse en el cuarto, movimiento quizás premonitorio del inminente final del compositor, muerto por el cólera (versión oficial) o ¿suicidio? La “Patética” obtuvo un éxito relativo, que contrasta con la segura opinión que sobre su valía expresó el músico a su editor Piotr Jungerson: “Creo que tendrá éxito; es raro para mí escribir algo con tanto amor y fascinación. Puedo decir honestamente que nunca en mi vida he estado tan satisfecho conmigo mismo, tan orgulloso, o me he sentido tan afortunado de haber creado algo tan bueno como esto”. Escrita en 1893, el compositor la dedicó a su sobrino y amante Vladimir Davydov, siendo su estreno el 28 de octubre de 1893 en la Sala de Reuniones de la Nobleza de San Petersburgo en un concierto organizado por la Sociedad Musical Rusa.