Orquesta Filarmónica de Málaga

Nota de prensa

El Teatro Cervantes será el escenario de este concierto de la Orquesta Filarmónica de Málaga dedicado íntegramente a obras de Antonín Dvořák y Suk con el director checo Leoš Svároský en el pódium.

Los días 9 y 10 de mayo de 2019, jueves y viernes, a las 20 h. tendrá lugar este duodécimo programa de abono dirigido por el maestro checo Leoš Svároský

En la primera parte se interpretarán dos obras de Antonín Dvořák la Danza Eslovaca, Op. 46 n. 5 en La mayor  y la  Obertura “Carnaval”, Op. 92. La primera pertenece a la primera colección de Danzas eslavas que compuso, contenidas en la Op. 46 de su catálogo. Junto a las otras siete del grupo, fue encargo del editor Simrock a sugerencia de Johannes Brahms. Fue estrenada en Dresde el mes de diciembre de 1878, año de su composición. La segunda obra forma parte de una trilogía, junto a las tituladas En la Naturaleza y Otelo, compuestas entre 1891 y 1892, fueron estrenadas por el compositor en este último año. Hace en ella una contrastada exaltación de la vida exponiendo, por un lado, el jolgorio propio de las fiestas carnavalescas y, por otro, manifestando momentos meditativos de cierto lirismo y hasta pesimismo.

Cerrará esta primera con el Scherzo fantástico, Op. 25 de Josef Suk, alumno y yerno de Dvořák. Con un lenguaje armónico que recuerda al pre-impresionismo francés de Chabrier o Fauré. Compuesta en 1903 no evocaba el folclore checo, como las que contenían las pequeñas piezas orquestales de su suegro. Se estrenó. en el Conservatorio de Praga en 1905.

En la segunda parte del concierto se interpretará la Sinfonía n.7 en Re menor, Op. 70 de A. Dvořák. Esta sinfonía abre el que sería su último periodo creativo dedicado a esta forma musical, repitiendo la tonalidad en la que escribió la cuarta, con la que guarda cierta analogía; este hecho le da a la obra un aspecto sombrío a la vez que apasionado “del tiempo tormentoso”, inscripción que tenía la partitura en su primera edición, de modo que algunos tratadistas la consideren como su Patética. Desde su estreno en 1885 en Londres con la dirección del propio autor, no ha dejado de tener éxito en las salas de conciertos. Está dedicada al legendario director Hans von Bülow, con el siguiente epígrafe: “¡Gloria! Tú has dado vida a esta obra”.