Ficha de evento
Programa 15
Teatro Cervantes
Director:
José María Moreno
Primera parte
SERGEI RACHMÁNINOV
Segundo Concierto para piano y orquesta en Do menor, Op.18
- Moderato
- Adagio sostenuto
- Allegro scherzando
Piano:
Josu de Solaun
Segunda parte
JOAQUÍN TURINA
La procesión del Rocío, Op. 9
- Triana en fiesta
- La procesión
Sinfonía sevillana, Op. 23
- Panorama
- Por el río Guadalquivir
- Fiesta en San Juan de Aznalfarache
ENTRADAS
ARTISTAS
José María Moreno
Director Titular y Artístico
Ficha del artista
Josu de Solaun
Pianista
Ficha del artista
NOTAS AL PROGRAMA
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En Sergei Rachmáninov encontramos uno de los grandes pilares del pianismo ruso, cuya gran escuela habría de prevalecer en las postrimerías del romanticismo. Su amplio catálogo está dedicado fundamentalmente a música para piano, instrumento que enriquece descubriendo en él nuevas y amplias posibilidades expresivas. Sus cuatro conciertos para piano y orquesta, de los que el segundo es el más popular, son un ejemplo de la intención que siempre movió su creación, cual es esa depurada melodía que caracteriza su personal voz como compositor, que siempre emociona con la apariencia de no proponerse hacerlo.
Después del fracaso que supuso el estreno de su Primera Sinfonía, Rachmáninov entró en un estado depresivo que le impidió componer durante casi tres años. Fue tan agudo, que se puso en tratamiento con el doctor Nikolái Dahl, psicoanalista que con sus métodos hipnóticos pudo mejorar la frustrante sintomatología emocional del músico así como regenerar en éste una creciente confianza en su capacidad creativa. Fruto de la recuperación producida en el compositor fue su Segundo Concierto para piano y orquesta, Op.18 que, en agradecimiento, dedicó a dicho psicoterapeuta. Lo escribió entre el otoño de 1900 y la primavera del año siguiente, terminando el primer movimiento, curiosamente el último en escribir, el 21 de abril de 1901. Rachmáninov se sintió tan aliviado con esta obra que llegó a decir: «Por muy increíble que parezca, estos cuidados me han supuesto una gran ayuda. Desde el principio del verano he comenzado de nuevo a componer. La materia crece, y nuevas ideas musicales se agitan en mí: más que suficientes para componer mi nuevo concierto». Fue estrenado en Moscú el 9 de noviembre de 1901 por la Orquesta de la Sociedad de Conciertos con el autor al piano bajo la dirección de su primo el también pianista Alexander Siloti, destacado alumno de Franz Liszt en Weimar.
El poema para orquesta Procesión del Rocío, Op. 9 de Joaquín Turina fue compuesto en 1912 y está dedicado a Enrique Fernández Arbós, quien lo estrenó con la Orquesta Sinfónica de Madrid el año 1913 en el Teatro Real. Sus dos movimientos, recogen las imágenes musicales que indican la propias palabras el compositor: “Todos los años, en el mes de junio, la Procesión del Rocío, en la cual toman parte todas las familias más grandes de la ciudad, hace su entrada en Triana en honor de la Virgen, cuyo estandarte desfila con música de bandas en medio de una brillante cabalgata, sobre un carro de plata tirado por bueyes. Toda Triana está de fiesta: las soleás se suceden por seguidillas, pero los aires de danza son perturbados por un borracho que enciende petardos causando confusión. Pero pronto llega la procesión, anunciada por un flautista y un tambor: el tema religioso, expuesto varias veces, estalla triunfantemente, mezclado con los acentos de la Marcha Real y el ruido de las campanas sonando con mucha fuerza. Se retoman los cantos y las danzas, pero su rumor no tarda en decrecer hasta apagarse por completo”.
Su Sinfonía sevillana, Op.23, es en realidad un poema sinfónico que, por su amplitud orquestal, está considerado como una de las obras más relevantes del catálogo orquestal de este gran compositor hispalense. Fue estrenada por el maestro Enrique Fernández Arbós dirigiendo la Sinfónica de Madrid el 11 de septiembre de 1920, año de su composición. De carácter descriptivo, sus tres partes reflejan musicalmente paisajes sevillanos. Después del primero, que genera el ambiente de la obra, destaca la lograda construcción del segundo y el lirismo y el color del último. Todos siguen patrones instrumentales de influencia francesa con sonoridades y ritmos propios de la tradición folclórica andaluza.
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