Ficha de evento
Programa 14
Teatro Cervantes
Director:
Rumon Gamba
Primera parte
EDWARD ELGAR
Serenata en Mi menor, Op. 206
- Allegro piacevole
- Larghetto
- Allegretto
WOLFGANG AMADEUS MOZART
Concierto para oboe y orquesta en Do mayor, K 314
- Allegro aperto
- Adagio non troppo
- Rondo.Allegretto
Oboe Ramón Ortega Quero
Segunda parte
IGOR STRAVINSKY
Petrushka (suite para orquesta)
- La feria de carnaval
- La celda de Petrushka
- La habitación del moro
- La feria de carnaval (durante la tarde)
ENTRADAS
ARTISTAS
Rumon Gamba
Director
Ficha del artista
Ramón Ortega Quero
Oboe
Ficha del artista
NOTAS AL PROGRAMA
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Aunque no se publicó formalmente hasta 1892, se cree que la Serenata para cuerdas en Mi menor, Op. 20 es una reelaboración de una suite que Edward Elgar había escrito algunos años antes de que pusiera su interés en desarrollar firmemente una carrera como compositor. Aparte de sus suites Wand of Youth, es probablemente la primera de sus composiciones en sobrevivir en su repertorio. Ciertamente, tiene un encanto juvenil y al mismo tiempo muestra indicios de las habilidades que Elgar desarrolló a medida que avanzaba hacia la madurez musical, siendo la primera de sus composiciones de la que se declaró satisfecho. Los compases del primer movimiento resultan agradables por su carácter pastoril. Es el Larghetto central el que contiene la escritura más emocionante y estructurada. El sereno Allegretto final evoca el primer tiempo antes de su conclusión. La obra sigue siendo una de las más interpretadas de toda su música. Su estreno público tuvo lugar en Amberes en julio de 1896.
El Concierto para oboe en Do, K 314 de Mozart es una reconstrucción para oboe del catalogado K 271k que compusiera en Salzburgo el 1777. Se ha llegado a la conclusión de que había sido escrito para el oboísta italiano Giuseppe Ferlendis cuando fue nombrado titular de la Capilla de la Corte de Salzaburgo. El compositor lo versionó para flauta, con ligerísimas modificaciones, el año siguiente en Mannheim para satisfacer el encargo del acaudalado Ferdinand Dejean, un indiano que la tenía como instrumento predilecto. Este arreglo se encuentra referido en las cartas de Mozart a su padre y en unos manuscritos de esta obra donde la parte solista aparece para oboe. Según el prestigioso musicólogo Luigi Della Croce; “Por el ímpetu espontáneo del primer movimiento, el ensoñado abandono a la melodía del segundo y el pintoresco y asimétrico proceder del final, remite a la fértil temporada creadora de los conciertos para violín escritos en 1775”.
Petrushka es junto a El pájaro de fuego y La consagración de la primavera una de las obras más singulares de cuantas compuso Igor Stravinsky. Escrita en 1911, se distancia del estilo de su maestro Rimski-Kórsakov dando la apariencia de una curiosa improvisación. Es una nueva forma de entender y tratar al folclore que se cristaliza en esta obra maestra que rompe con los efectos impresionistas y la tradición germana a la vez que plantea un nuevo discurso basado en la repetición ya sea estática o variada, lejos de cualquier tipo de desarrollo académico. Es interesante ver cómo surge en el músico la idea del protagonista: “Componiendo esta música, tenía claramente la visión de un títere súbitamente desencadenado que, por sus cascadas de arpegios diabólicos, exaspera la paciencia de la orquesta, la cual, a su vez, le replica con fanfarrias amenazantes. Le sigue un terrible caos que, llegando a su paroxismo, acaba con el aniquilamiento doloroso y lamentable del pobre títere… Un día me sobresalté de alegría: ¡Petrushka! ¡El eterno y desgraciado héroe de todas las ferias, de todos los países! ¡Él era sin duda: había encontrado mi título!”. Su amplia instrumentación está integrada por tres flautas, más pícolo, dos oboes más corno inglés, tres clarinetes, uno de ellos bajo, dos fagotes más contrafagot, cuatro trompas, tres trompetas, tres trombones más tuba, percusión, piano, arpa y completa sección de cuerda. El ballet original se estrenó en el Thèâtre du Châtelet de París el 13 de junio de 1911 por la Compañía de los Ballets Rusos de Diaghilev con el gran bailarín Vaslav Nijinsky como protagonista bajo la dirección musical de Pierre Monteux, la dirección escénica y el vestuario de Alexandre Benois y coreografía de Michel Fokine.
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